Lost Stars, or What Lou Reed Taught Me About Love
Si existiera la posibilidad de perderse en el infinito del universo, Carrie lo habría intentado sin dudarlo, pero sólo tiene su telescopio y el enorme vacío que le dejó la muerte de su hermana mayor. Desde que no está, ha intentado revivir las cosas que a ella le gustaban, como escuchar una y otra vez sus canciones favoritas para memorizarlas, salir de fiesta y perder el control. Sin percatarse, Carrie se sumerge en un oscuro vórtice del que ni la música ni sus nuevos amigos la salvan, hasta que su padre decide intervenir.
Cuando conoce a Dean, su nuevo vecino, él le muestra que la vida es como su amado cielo nocturno: a veces está llena de hoyos negros rebosantes de dolor, pero otras veces plagada de resplandecientes meteoritos.
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